La eternidad del poeta

LA ETERNIDAD DEL POETA

Cierta vez dos poetas se preguntaron sobre la eternidad de sus vidas si lograban escribir buenos versos… El primero exclamó: “La poesía es como un rompecabezas difícil de armar por su complejo pensamiento; forma como contenido deben extrañar, alterar e incomodar tanto al alma como al cuerpo”. El segundo, rápidamente refutó: “La poesía es un acertijo que se entiende por el mismo sentimiento; forma como contenido deben enseñar, deleitar y conmover tanto al alma como al cuerpo”. Dicho y hecho, sin vivir y contar aquella anécdota, sólo el segundo poeta, entre tantas voces, sigue existiendo.

Osfelip Bazant

Un pensamiento en “La eternidad del poeta

  1. Con el propósito de vincularme a ustedes les envío tres de mis cuatrocientos sonetos. Agradecería una respuesta a mi correo: trinoelbrujo1934@hotmail.com – Reinaldo Bustillo Cuevas.

    CANTO PARA TI

    No omitiré decirte que te quiero,

    no omitiré decir que te he querido,

    para que mi oración llegue a tu oído

    y sepas que de amor por ti me muero.

    Porque me matas con candente acero,

    lanza mi corazón un gran quejido,

    y aunque me digan que cobarde he sido,

    te digo nuevamente que te quiero.

    Que te he querido, a ti, de tal manera,

    como nunca jamás en este mundo

    un hombre a una mujer amor le diera:

    extenso como el mar y tan profundo,

    que no ha habido jamás sobre la esfera,

    otro amor tan sublime y tan rotundo.

    EL COLIBRÍ

    Fragmento de la luz, vivificado

    en el instante exacto del aroma;

    que entre los rojos pétalos se asoma,

    para quedar en ave transformado.

    Es milagro del viento represado,

    que en esquirlas de tiempo, en el abroma,

    sólo el néctar dulcísimo se toma, T

    y a los dioses les deja lo sobrado.

    En sábanas de pétalos de seda,

    ondea como en ancho mar la espuma,

    bajo el beso sutil de brisa leda.

    La gravidez del cuerpo no lo abruma,

    pues suspendido en éxtasis se queda

    flotando sobre el sueño de la pluma

    DESDE EL ATRIO DE LA IGLESIA DE SAN JUAN NEPOMUCENO

    Desde tu atrio se ven los monumentos

    de tus dilectos hijos del pasado,

    que tu fama en la historia han resaltado

    echándola a volar sobre los vientos .

    Nos brotan escondidos pensamientos:

    tallar de nuevo el mármol ya tallado,

    con cincel inmortal resucitado

    del Fidias sin igual ¡viejos momentos!

    Para que esté lo griego a tu servicio,

    como a, dioses olímpicos lo estuvo,

    al esculpir lo eterno como oficio,

    ¡que en éxtasis al tiempo lo detuvo!;

    para que Píndaro haga un epinicio,

    como nunca otro triunfador lo tuvo.

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